lunes, 30 de julio de 2007

ABYA YALA... encuentros y desencuentros” es un montaje experimental de creación colectiva que trabaja el cuerpo como lenguaje principal. En la obra existe una búsqueda a través del cuerpo en el cual se pretende encontrar la manifestación de las emociones mediante éste, sin pretender realizar grandes peripecias corporales, sin explotar las destrezas acrobáticas de los interpretes, sino que simplemente encontrar en el cuerpo un comportamiento determinado, un estado único y una significancia al servicio de la puesta en escena. La dramaturgia corporal creada en esta obra esta superpuesta por una dramaturgia musical que son equivalentes con respecto a los quiebres e hitos de la obra. Basándose esta ultima en la escala musical occidental (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do+) y sus accidentes. La obra también adquiere aires experimentales al situar al publico dentro de la misma obra y no afuera como se hace convencionalmente. El publico es considerado dentro de la escenografía y se busca la interacción publico – interpretes durante el transcurso de ella. Queriendo así llevar al publico a una experiencia nueva y modificadora, donde todos los cuerpos presentes en la obra puedan comunicarse por si solo y no a través del pensamiento. La obra será puesta en escena como un “montaje físico”. El teatro físico desarrolla lenguajes donde el protagonista es el cuerpo del intérprete, aunque no por eso se excluye la palabra hablada.
Para dar vida a un montaje de este tipo, el actor puede apoyarse en distintas técnicas como danza, circo, artes marciales, yoga, pantomima, Butoh o Post Butoh, técnicas orientales como el Kathakali y capoeira.
El punto de partida es diferente al del teatro tradicional construyendo un personaje no desde su psicología, sino de su estructura física. El texto se ocupa sólo cuando no se pueda expresar con las acciones.
El teatro físico tiene su origen en la danza teatro, pero a fines de los 80 adquirió un lenguaje propio y comenzó a definirse. La 'dramaturgia corporal' nace del teatro, no de la danza.
Aunque en Chile el término "teatro físico" es relativamente nuevo, los montajes de compañías como Gran Circo Teatro, fundada por Andrés Pérez
(“Todos saben quién fue”, 2003); Teatro del Silencio de Mauricio Celedón (“Amloii”, 2003), y La Patogallina (“El Húsar de la Muerte”, 2005) responden a sus características. Todos ellos recibieron influencia europea.
En cuanto a su consumo, este es bajo pero ha ido en aumento durante los últimos años. Esto se debe a una mayor publicidad para con el teatro en general, y gracias a la aparición y reconocimiento mundial de compañías físicas como “La Patogallina”. El público es heterogéneo en edades variando su concentración según el montaje y los temas que en el se traten.

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Integrantes “Compañía Demi-Plié”:
Felipe Pires
Mauricio Jara
Andrés Zará
Pedro Perez
Martin Montaner
Roberto Valdés

domingo, 29 de julio de 2007

Abya Yala es el nombre dado al continente americano por las etnias kuna de Panamá y Colombia antes de la llegada de Cristóbal Colón y los europeos. Aparentemente, el nombre también fue adoptado por otras etnias americanas, como los antiguos mayas. Hoy, diferentes representantes de etnias indígenas insisten en su uso para referirse al continente, en vez del término "América". Quiere decir "tierra madura", o según algunos "tierra viva" o "tierra en florecimiento".
El uso de este nombre es asumido como una posición ideológica por quienes lo usan, argumentando que el nombre "América" o la expresión "Nuevo Mundo" serían propias de los colonos europeos y no de los pueblos originarios del continente.

En un mundo contemporáneo, donde producto de los miles de miles de estímulos que recibe el ser humano día a día su “pensamiento” se ha visto distorsionado y corrompido. Donde la tendencia cada vez mas es al aislamiento, al encierro y al egoísmo no por rechazo al otro sino que simplemente por no conocer y reconocer la existencia del otro.
“ABYA YALA... encuentros y desencuentros” es una obra que toma como fuerzas motoras la “unión”, el “encuentro” y la “armonía” donde se pretende plantear un discurso optimista e incluyente con respecto a las relaciones humanas en nuestros tiempos. Poniendo a modo de juicio y afirmación que “todos los seres humanos en esencia somos lo mismo y que la esencia se puede llegar a modificar, pero nunca cambiar”
La obra nos sumerge en el quehacer diario de dos personajes, quienes viven en un mismo edificio pero en departamentos / territorios diferentes, donde vemos que realizan reiteradamente una especie de rutina a la cual están condicionados. Pero llega un minuto en que sus vidas confluyen en un mismo lugar, una misma hora, un mismo día y bajo una misma circunstancia. Lo cual lleva al desenlace del conflicto de la obra. Estos personajes, incomunicados debido a estas barreras “territoriales”, están tan sesgados que ni siquiera reflexionan acerca de la posibilidad de la existencia de algún otro, algún “vecino” . Pero tras el suceso que
viven ambos personajes se ven obligados a conocerse, comunicarse, reconocerse, modificarse y trascender al estilo de vida que solían llevar.
El discurso que plantea la obra apela a que las barreras territoriales, espaciales, lingüísticas, corporales, etc. no son el real impedimento para establecer vínculos entres los seres, ni la excusa de la no relación, sino que el real impedimento y enemigo de las relaciones es “el pensamiento”, no es el cuerpo, no es la emoción, es el pensamiento.

“ABYA YALA... encuentros y desencuentros” pretende, así, plasmar que el cuerpo como tal es la expresión más pura de comunicación, interacción e integración. El cuerpo siempre acciona y reacciona, el cuerpo siempre comunica y significa, el cuerpo no emite juicios ni impone barreras, simplemente se modifica de acuerdo a los estímulos que percibe.